SÁNCHEZ MARES: No es lo mismo ser borracho que cantinero

Difícil transición están enfrentando los nuevos gobiernos de Morena. Y no es para menos, pasar de borrachos a cantineros debe ser un cambio de conducta y costumbre nuevo para la mayoría de los que ahora se ostentan en el servicio público federal, estatal y municipal. El borracho sólo se divierte, grita y pide cuantas le puedan caber en la barriga, no importa si el cantinero está ocupado, le tiene que servir con amabilidad, para eso le pagan pues.
El cantinero, por su parte tiene una difícil tarea, está para servir, escuchar y aguantar los improperios del borracho malacopa. De vez en cuando tiene que pasar un trago amargo, al fin de cuentas, es cliente distinguido.
La cruda ya le llegó al propio presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien en más de una ocasión ha tenido que dar reversa a sus promesas de campaña, decepcionando a los millones de mexicanos que le dieron la confianza para ser el Presidente. Pero apenas empieza.
Les comparto un caso particular de la hermana república de San Luis Río Colorado, donde el candidato por cuarta ocasión a la presidencia municipal, Santos González Yescas, finalmente llegó al poder.
Tomó la alcaldía a lado de un grupo de panistas y priista, de los que tanto renegaba y apuntalaba en sus incendiarios discursos ante un pueblo dolido por todo lo que oliera el PRIAN.
Llegó también con un frente de polémicos regidores, distinguidos en la comunidad por la invasión de propiedad privada, venta de placas “piratas”, secuestro y lesiones. Una joya periodística de la que pronto les compartiré.
El aún alcoholizado gobierno de Morena en San Luis trae a cuestas varias promesas que dudo mucho llegue a cumplir, se las enlisto: el tren de Riíto a Yuma, aeropuerto Internacional, eliminación de impuestos, eliminación de retenes, reclutamiento de 100 policías, reducción de salarios a funcionarios y la lista sigue. Les digo que el borracho sólo habla sin saber.
El nuevo gobierno está haciendo frente a la nueva realidad de la administración pública, cada vez más fiscalidad y con procedimientos a los que muchos de la vieja guardia priistas no estaban acostumbrados. Santos era un viejo priista, para variar.
La administración pública cambió y los procedimientos de compra y licitaciones están bajo la lupa, algo a lo que muchos nuevos gobernantes deberán aplicarse. Se les acabó la borrachera, es tiempo que empiecen a servir.

Yo me sentaré en la barra. Salud.