El mentado Plan C que platea la 4T se está convirtiendo en un discurso enredoso para los candidatos al Senado y hasta para los ciudadanos, que no la acaban, ni lo acabarán de entender, porque es un error de mensaje que no sobrepasa el círculo rojo.

La gente que está con la cuarta transformación va a seguir votando la marca Morena, independientemente si le gustan más el estilo arrebatado y gritón de los candidatos del Partido del Trabajo.

Los 4T ven y sienten que votar por otro partido que no sea Morena es un acto de traición.

No es mentira que Lorenia y Heriberto manejan un discurso más discreto, pausado y moderado; contrario a sus correligionarios Celida y Froylan, que son boca de lumbre y gritones.

Los candidatos del PT mueven más agenda y le ponen la sal y pimienta, pero no tienen la marca de Morena.

El plan C es quitarle votos a la fórmula Beltrones y Lily Téllez para que ni de chiste les toque una curul como mejor perdedor.

El chiste es desaparecer al PRIAN del mapa y dejar el Senado bajo control total de la 4T.