SÁNCHEZ MARES: Se va el Secretario?

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El inesperado despido de dos funcionarios importantes en la administración municipal es un claro mensaje al Secretario del Ayuntamiento, Víctor Hugo Galarza: las deslealtades tienen un alto costo y en esta ocasión se cortaron por los hilos más delgados.Y al hablar de deslealtad me refiero al intento del Secretario para desplazar al hijo del presidente Santos González, por considerarlo un estorbo para operar, hacer y deshacer con el Ayuntamiento.

La traición de Galarza llegó a un grupo de regidores que incluso plantearon la posibilidad de solicitad la destitución del mismo secretario.

Galarza hoy tiene dos opciones: Pasar a la historia como un monigote de secretario que perdió el poder y la confianza del presidente a sólo una semana asumir el cargo o simplemente aceptar su condición política y abandonar el barco donde no es bien visto. Eso incluiría también al asesor jurídico Víctor Acosta Cid.

Víctor Galarza como Acosta Cid habían vendido al alcalde sanluisino la experiencia y sapiencia para operar el Ayuntamiento. Lo que no le avisaron es que eso incluiría una cuota de poder casi absoluto, al punto de querer sobrepasar la autoridad del mismo presidente y operar para sus intereses.

Es una realidad, desde el triunfo de Morena en San Luis, Galarza se hacía el amo y señor de palacio municipal, capaz de imponer gente, cortar cabezas y someter a regidores bajo el argumento de tener el control.

Lo dije en mi columna pasada, Víctor Hugo es un hombre visceral, rencoroso y sediento de venganza, algo que dejó claro en la transición de gobierno y siguió poniendo en práctica ya como gobierno.

A quién más le puede interesar la modificación del centro de la ciudad, si no es a Víctor Hugo Galarza y Acosta Cid, dos personajes resentidos del panismo que desde gobierno buscan a toda costa meter revertir un proyecto de desarrollo urbano para decir, lo logramos.

El alcalde Santos ya habrán preguntado a los invidentes, a los viejitos o personas con discapacidad qué opinan de esa disparatada idea de privilegiar a los autos antes que al peatón.

No sólo eso, está el marcado conflicto de intereses del asesor jurídico del Ayuntamiento, quien lejos de velar por los intereses de la ciudad ha dado clara muestra que su familia es primero al abrirles camino para continuar con la venta indiscriminada de terrenos de La Grullita. Lo que por debajo del agua busca Acosta Cid es eximir de toda responsabilidad a su familia por haber colocado a ciudadanos inocentes en zonas sin luz ni agua.

De manera mañosa, Galarza ha ido enredando a Santos en conflictos innecesarios y discursos incendiarios que contradicen el principio de reconciliación que tanto pregona el presiente electo de México Andrés Manuel López Obrador.

Estamos en la segunda semana de gobierno, y a decir del mismo Santos González, más cambios se avizoran. Galarza podría ser uno de ellos. El tiempo dirá si es leal al presidente o a sus intereses.