Ricardo Lugo es el candidato natural a la presidencia municipal para 2024, así lo marcaría la costumbre o la tradición política en la que el diputado en turno se convierte en el relevo “automático” para la alcaldía.

 

Se podría decir que la cercanía de Lugo con el alcalde Santos González es suficiente para merecer dicha candidatura, pero la realidad, no es así. 

 

A diferencia de la jornada electoral de 2021, Lugo tendrá que esforzarse mucho, sobresalir en el Congreso e invertirle de su bolsa para conseguir la designación.

 

El actual diputado morenista no tendrá la estructura gubernamental ni el presupuesto de Santos empujando su candidatura.  Y es que esta vez no es el favorito, pero sí uno de los primeros en la lista. 

 

Santos no arriesgará la continuidad de la 4T con un candidato único, sería como pegarse un tiro en el pie. Por eso, Santos ha abierto la baraja de sus presidenciables, metiendo al juego a Cesar Ivan Sandoval y al mismo Alejandro González, su hijo, para la presidencia municipal. Todo puede pasar. 

 

A Ricardo Lugo le corresponde empezar a sobresalir entre sus compañeros diputados y construir agenda y relaciones. Sobre todo ahora que es el presidente de la Comisión del Deporte en el Congreso de Sonora.

 

Ricardo tiene la enorme tarea de forjar su propia imagen, fundamentalmente digital,  y construir una narrativa que le permita a los ciudadanos conectar con su representante. Repartir platos de comida es un comienzo, pero hasta ahí. Métale ganitas diputado. 

 

La principal chamba de Ricardo es la de no perder arraigo con su comunidad. Pues si algo ocurre cuando se convierten en diputados, es que la percepción ciudadana los ubica como políticos alejados de sus comunidades y peor aún, alejados de la realidad.