No los oigo, traen huaraches?
Desde el pasado 1 de julio, con el aplastante triunfo de Morena en todo México es tiempo que el PRI y el PAN no se ven y no se escuchan, hasta parece que traen huaraches.
Desde el pasado 1 de julio, con el aplastante triunfo de Morena en todo México es tiempo que el PRI y el PAN no se ven y no se escuchan, hasta parece que traen huaraches.
Pasaron las tomas de protesta, el presupuesto, el huachicol y hasta el recalentado y nomás no dan señales de vida.
Ya ni los regidores, dirigentes locales, ni las famosas corrientes críticas de whatsapp, de las qué hay bastantes, han querido salir a la luz pública. Hasta pareciera que la losa que les dejó la pasada jornada electoral está pesada.
Y no es que PAN y PRI deban aparecer en la escena pública nomás porque sí. Simple y sencillamente debe haber una oposición responsable, valiente, que contribuya al equilibrio del poder y la política.
Se entiende que ser oposición puede ser incomodo, más cuando eres un político de piel delgadita que al primer embate de los ciber chairos prefieres recular.
Se debe entender que no todo lo que hace el gobierno local o estatal está mal, como tampoco todo lo que hace está bien. Es ahí donde entra el equilibrio, donde las piezas se acomodan y las cosas pueden caminar mejor.
Hasta ahora la oposición local es algo así como muñeco de aparador, no hacen absolutamente nada con todo lo que hay a su alrededor, y vaya que hay cosas que pasan alrededor.
Entonces qué están esperando? Que se llegue el 2020 para salir a escena y empezar a figurar como instituto político?
Eso de decir que están más fuertes que nunca es pura vacilada, “blofe” mediático pues, para no decir que están atorados en la derrota y pensando apenas qué hacer. La mera verdad es que están en la lona, pues desde la caída en 2018 no se han querido mover.
Por equilibrio, por salud y por notoriedad los políticos de PRI y PAN deben quitarse los huaraches y ponerse un calzado que haga más ruido o que al menos hagan parecer que ahí están.