El Bono-Gate y la austeridad republicana

Para que los regidores renuncien realmente a ese apoyo, no basta con tomarse la foto y decir “ya no lo quiero”. Es necesario que vayan a una sesión de cabildo y definan en el presupuesto el destino que darán a esos más de medio millón de pesos que se autorizaron al elaborar el presupuesto.

Los regidores, todos, aceptaron otorgarse un bono por 2 mil pesos en vales de gasolina con la justificación de apoyar sus tareas de gestión, (ERROR) ignorando por completo a los ciudadanos y contradiciendo la promesa de austeridad republicana que profesó Andres Manuel López Obrador.

Avergonzados ante la opinión pública, la fracción mayoritaria del Cabildo tomó la decisión de renunciar al apoyo que ellos mismos se otorgaron, pero la realidad es que fue sólo una simulación apaga fuegos. En realidad el bono sigue ahí.

 

Para que los regidores renuncien realmente a ese apoyo, no basta con tomarse la foto y decir “ya no lo quiero”. Es necesario que vayan a una sesión de cabildo y definan en el presupuesto el destino que darán a esos más de medio millón de pesos que se autorizaron.

 

Si sólo fue la foto, en realidad el bono se sigue quedando ahí con el riesgo de ser utilizado de manera discrecional.

 

La pregunta es a dónde destinarán ese casi medio millón de pesos. Podría ser para becas a jóvenes universitarios que cada semestres están en riesgo de abandonar la escuela por falta de recursos. Podría ser para pies de casa, que mejore la calidad de vida de una familia. Podría ser para apoyar proyectos productivos que ayuden a una familia a salir realmente de la pobreza. Son ideas.

 

La verdad de las cosas es que nuestros regidores quedaron muy mal parados, todos. La primera impresión que dieron es que antepusieron el interés de servir, para servirse con la cuchara grande.

 

Los regidores ciudadanos e incluso aquellos que se jactaban de congruentes y aliados al pueblo, terminaron levantando la mano para poner unos cuantos pesos en sus bolsillos. Miserables.

 

Incluso, el grandote y bravucón de la política, terminó dando su brazo al torcer ante  las mieles del poder, pasando de feroz  león a un tierno minino.

 

Regidores no basta con decir que renuncian al bono, el dinero sigue ahí. Debes volver a Cabildo y definir el destino real que le darán al recurso del pueblo. Y por humildad, pueden disculparse.