Alfonso Durazo Chávez, hijo del gobernador de Sonora, se puso el huarache antes de espinarse y advirtió  que su riqueza, y una que otra casa,  podrían  crecer en el tiempo que su señor padre está en el poder. 

Como si la grilla alrededor de los hijos del poder fuera menor, ahora aparece en escena el hijo del mandatario con un porte de “mirrey”, inmerso en el activismo político, cabildero y además, heredero del negocio familiar.

 

A decir del hijo desobediente del Gobernador, su aparición pública fue en contra de la voluntad del mismo Alfonso Durazo (padre), con la velada advertencia de no verlo involucrado en escándalos. 

“En cuanto los cache, yo mismo los voy a entregar”, le sentenció el Gober a su hijo.

Esta semana Alfonso Durazo Chávez, el Pule para sus amigos, hizo su presentación pública en el noticiero Proyecto Puente de Luis Alberto Medina. Aunque semanas atrás ya había tomado notoriedad al encabezar un evento de corte político en San Luis Río Colorado. 

Entrevista con Proyecto Puente 

 

Lo que sería un posicionamiento sobre la organización “Que Siga la Democracia” en la defensa de Andrés Manuel López Obrador y el Litio en Sonora, terminó en una desastrosa y desafortunada exposición del hijo del Gobernador. 

 

El Pule, abogado por requisito, terminó haciendo aseveraciones delicadas y comprometedoras para la economía de Sonora al cortar de tajo la concesión del litio a los chinos, cuando es un asunto que está en veremos.

 

Durazo Chávez no tuvo empacho en declararse como el financiador, en Sonora, de la asociación “Que Siga la Democracia” para impulsar la participación de los ciudadanos para ratificar el mandato del Presidente de México. El dinero tiene origen de las empresas familiares y de uno que otro “colaborador”.

 

“El Jr” se terminó enredando. Abonando al escándalo del hijo del Presidente Andrés Manuel, salió a la defensa de José Ramón López, sin descartar la posibilidad de que le vaya bien en los negocios en el tiempo que su padre es gobernador.

Los hijos del poder siempre serán un dolor de cabeza de los gobernantes. No importa que estén ocultos de la escena pública o se muestren evidentes como lo hizo ahora Alfonso Durazo Chávez.