Mandar a “La Chingada” a Andrés Manuel López Obrador es el deseo más acariciado de la clase política, social y empresarial que se ha sentido agraviada con su llegada a la Presidencia de la República.

La consulta para la revocación de mandato, que se realizará en Marzo de 2022, es para muchos la oportunidad de derrocar un régimen que alcanzó el poder con un discurso de esperanza y justicia para el pueblo jodido. 

 

Andrés Manuel López Obrador tendrá que abandonar la Presidencia de México si el 40 % de la población así lo decide en una consulta popular. Sí, otra.

 

Y la única razón para mandar a AMLO a descansar a su rancho “La Chingada”, sería la pérdida de confianza del pueblo mexicano. 

 

A los ciudadanos se les preguntará “¿Estás de acuerdo en que a (nombre), Presidente/a de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?”.

 

Pero ya en serio. Creen que el Presidente arriesgaría su trayectoria y gobernanza con una consulta cuyo resultado resulte incierto. 

 

La realidad es que el Presidente tiene los números y el pulso para someterse al escrutinio social sin el menor reparo. No por nada, Andres Manuel es el principal promotor de la Consulta de Revocatoria de Mandato.

 

Obrador sabe que el pueblo ratificará su mandato, ya sea con una pobre respuesta de la población con la consulta, o con una aplastante votación a favor de que se quede hasta que termine su periodo.

 

La consulta de marzo es un trampolín para que Andrés Manuel refrende su vigencia política, remarque el discurso antisistema del  PRIAN y  dé otra estocada a la oposición en la puerta de las elecciones de 2024.

 

A los opositores de Obrador no les queda más que seguir en la cancha del Presidente y jugar a la Consulta de Revocación de Mandato. Al fin de cuentas, como en el Casino, la casa nunca pierde.