Bailando con la más fea

En las últimas semanas, el candidato de Morena empezó a cambiar su discurso, dejó de culpar a Claudia Pavlovich y aceptar, medianamente, que la estrategia para recuperar la paz no funcionó.

Alfonso Durazo no tiene cara para responsabilizar al Gobierno del Estado por la violencia que se vive en el Estado de Sonora. No puede y no debe  repartir culpas porque siendo muy sincero no hizo mucho en la encomienda que le dieron en el Gobierno Federal y porque, sencillamente, los ciudadanos no entiende de eso. 

 

En las últimas semanas, el candidato de Morena empezó a cambiar su discurso, dejó de culpar a Claudia Pavlovich y aceptar, medianamente, que la estrategia para recuperar la paz no funcionó.

 

Pero a Alfonso Durazo le hace falta dar un pequeño brinco, y es aceptar que falló, que no cumplió las expectativas que le demandó la nación en un tema tan complejo como es la seguridad. 

 

Durazo tiene que aceptar que la violencia en Sonora es culpa de todos los niveles del gobierno para poder superar el discurso reparte culpas al que está acostumbrado

 

Ya no puede decir que el crimen no controla plazas, cuando a diario los comandos de miedo patrullan las calles, masacran, secuestran y mantienen a pequeñas comunidades asustadas y con horarios de salida. 

 

A Durazo no le queda más que aceptar su responsabilidad en la fallida estrategia de seguridad y asumir que le tocó bailar con las más fea para buscar ser gobernador.