¡Otro Sonora YA!

–¡Otro Sonora Ya!– lo resonaba Claudia en los pasillos del Palacio de Gobierno. 

–¡Otro Sonora Ya!– fue el grito de guerra de una campaña que prometía castigo al mal gobierno. 

–¡Otro Sonora Ya!– fue la esperanza que abrazaron muchos sonorenses esperando que el regreso del PRI fuera el inicio de algo mejor. 

Al acabar el sexenio de Claudia y empezar un nuevo proceso electoral, me queda claro, que el “Otro Sonora ya” sólo fue un grito de guerra, una frase estimulante que terminó, como muchos gobernantes, decepcionando a los sonorenses porque no fueron ni la mitad de lo que prometía ser.  

El “Otro Sonora Ya” no se miró, no se dejó sentir en los municipios que la hicieron llegar ahí. Lejos, muy lejos quedó el discurso de campaña y la realidad de su gobierno.

Si hablamos de seguridad, generación de empleos, salud, educación e infraestructura urbana, el Gobierno del Otro Sonora no hizo lo extraordinario y tampoco lo ordinario.

Claudia y su gabinete, hay que decirlo, recostaron su única responsabilidad en el conformismo y la simulación mediática cuando se asomaban las crisis, porque eso sí, fueron muy buenos para simular.

Con justa razón, hoy los sonorenses le reclaman a Claudia lo que prometió. Con justa razón, hoy los sonorenses le reclaman a la Gobernadora por no haber hecho lo elemental.

A lo mejor exagero, pero la gestión de Claudia fue tan gris como la del mismo gobernador Armando López Nogales, sólo que con más simulación de la ineficiencia e incapacidad.

Pero Claudia puede estar tranquila, la alianza que hoy encamina al candidato a la Gubernatura  la va a blindar, eso queda más que claro. Puede estar tranquila, los agravios y consignas pendientes quedarán en el olvido o al menos, pausadas hasta que acabe esta disputa por la gubernatura de Sonora.