Juntaba más gente un choque de bicicleta…

En verdad, juntaban más gente un choque de bicicleta que el foro de seguridad que organizó un grupo de regidores y civiles “preocupados genuinamente por la seguridad del municipio”.

La convocatoria fallida, como diría el malogrado abogado Miguel Sandoval, no fue porque de la noche a la mañana se cambió el punto se reunión; tampoco porque se celebró en sábado; mucho menos por la calidad de los ponentes, bueno, esto último tuvo mucho que ver.

Creo que la seguridad es algo serio y merece la misma atención. La seguridad requiere, sí la voz ciudadana, sí el conocimiento de especialistas en la materia, sí un análisis profundo del entorno social y sí, un trabajo de transversalidad.

Lo que la seguridad no requiere, y coincidirá conmigo, es la politización. Lo que la seguridad no requiere son las voces de improvisados y protagonistas. Pues esto fue lo que hicieron en el llamado foro de la seguridad.

Comenzaré diciendo que la mesa del presídium era encabezada por un grupo de regidores disidentes, abiertamente conflictuados con el presidente municipal, entre ellos Manuel Orlando Santeliz.

Sobra decir que Santeliz es el presidente de la Comisión de Seguridad en el Cabildo e integra la Junta de Honor y Justicia. Sobra decir que el pasado de Santeliz está colmado de hechos violentos, agresiones y amenazas a ciudadanos, además de expedientes judiciales que lo relacionan a delitos de despojo.

Sobra decir que Santeliz prácticamente secuestró a un ciudadano en la ciudad de Hermosillo para juzgarlo como delincuente, imponiéndole una pena de golpes e hizo caminar desnudo por las calles.

Sobra decir que Santeliz llegó a proponer un pacto con la maña para resolver los problemas de seguridad. Sobra decir, que encabeza un grupo político interesado en la remoción del jefe policiaco por uno que él y su gente puedan operar.

Otro, de los que encabezó el presídium, fue el ciudadano Miguel Sandoval que se ostenta como presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública. Hay que revisar que en realidad sea legítimo.

Sobra decir que este abogado de profesión y mitómano por vocación, ha pasado de feroz crítico de la seguridad a un tierno minino.

Sobra decir que la única propuesta que el abogado llegó a presentar, la de imponer un toque de queda en San Luis Río Colorado, fue rechazada por resultar inconstitucional.

Y la lista de los estelares siguió con regidores como Marco Antonio Luna Espíndola, que aunque es un profesional en su ramo, es claramente operado por el bravucón de cabildo.

Con estos personaje al frente del foro, ¿habría razones para tomar este foro con seriedad?

Si el verdadero interés era la seguridad, qué hacía la política definiendo las participaciones y menciones de los invitados?

Si el verdadero interés era la seguridad, por qué no estaban jefes policiacos y la primera autoridad municipal.

Si el verdadero interés era la seguridad, qué hacía el presidente de la Comisión de Seguridad cuestionando el actuar de la autoridad, cuando él es autoridad.

Si el verdadero interés era la seguridad, dónde queda el consejo ciudadano de seguridad.

Si el verdadero interés era la seguridad, qué hacen los diputados Montes Piña, Manuel Baldenebro y López Castillo auspiciando un evento de esta índole en lugar de legislar para lo que ya saben que se requiere.

La verdad de las cosas es que este foro no fue otra cosa más que un intento, y sólo eso, de hacer ruido en la opinión pública, sobre los problemas de seguridad que padece San Luis Río Colorado.

La verdad es que existe un grupo político y de ciudadanos de dudosa reputación interesados en la remoción del comandante Luis Edgar Labra. El cambio no obedecería a resolver propiamente los problemas de seguridad, sino concretamente el control de la policía y las operaciones ilegales que ésta institución permita.

La verdad es que el diputado Alonso Monte Piña es el único personaje que figura en la izquierda local y buscarán cualquier pretexto para “placearlo” en la agenda pública.

La verdad es que un cambio de comandante no resolverá los problemas de seguridad que padecemos en San Luis Río Colorado. Hay que entender que esto que enfrentamos es resultado de una descomposición social de décadas. Hay que entender que el orden en una sociedad no puede relajarse. Hay que entender la tarea del gobierno no sólo es repartir, también es hacer cumplir las leyes.