El control y dominio del partido Morena en San Luis Río Colorado se anticipa como un choque de trenes entre el grupo liderado por Santos González, el actual alcalde, y un grupo de personajes incomprendidos, ardidos y hasta suspirantes para 2021.

Aunque para muchos las próximas elecciones son algo lejano, tomando en cuenta que hace apenas 5 meses llegaron al poder producto del efecto AMLO, las rupturas, traiciones y ambiciones acelerarán las cosas en San Luis Río Colorado.

Para fortuna de los partidos tradicionales (PAN y PRI) esto será como ver una película de acción con palomitas.

La versión actualizada de Santo contra los Zombies, promete convertirse en una serie de Netflix, adictiva y entretenida, que muchos, me atrevo a decirlo pagarían por ver.

La cosas está así, se conformó un bloque Todos Unidos Contra Santos (TUCOS) que según parece será encabezado por Víctor Hugo Galarza, el ex secretario del Ayuntamiento que duró 4 meses en el cargo. A él lo despidieron por actos de traición.

Junto con el Chilaquil, el diputado federal Manuel López Castillo, el doctor Marco Antonio Luna y el Ruño, éste último coordinador de los regidores de Morena van a disputarle el partido a Santos González.

Y no sólo es el partido. Además de los recursos producto de las aportaciones de los funcionarios municipales, está el interés de repartirse los espacios para los próximos comisión y bajar al alcalde Santos de cualquier aspiración política. Eso incluye la reelección.

La reelección no es una imposibilidad en la cabeza de Santos González, aún y cuando hayan pasado apenas 5 meses de su gobierno. Esta idea ha puesto de cabeza y tejiendo alianzas mayores a los Tucos, principalmente de los que pensaban que se beneficiarían de manera inmediata con la llegada de Morena.

Hoy Santos González es un obstáculo para el 2021 y los Tucos lo saben. Se valdrán de todo para hacerlo a un lado, para hacerle la vida y el gobierno imposible estos dos años y siete meses que le quedan en el poder. De mi se acuerdan.

Un ex secretario despedido; un regidor resentido; el que sueña ser diputado; el chilaquil, como cavernario político;  un diputado soñado con la grande y los que se le acumulen, son la ensalada perfecta para una colisión política.