Gobernar sin gobierno: SÁNCHEZ MARES
Santos González terminará haciendo la labor de mediación interna, lo hará para enderezar el barco y superar la barrera de los 100 días de gobierno con literal tranquilidad, porque parece que Secretario que no tiene .
Santos González Yescas llega a su primer mes como presidente municipal, pero para nadie es un secreto que a sólo dos semanas de asumir el poder, el alcalde morenista ya había perdido la armonía y el control político de su Cabildo. Esta situación pinta un panorama complicado para el nuevo gobierno a la hora de tomar decisiones.
Es un hecho, Santos está a merced de lo que el Cabildo disponga en la antesala de un presupuesto de egresos 2019 que definirá prioridades, el rumbo y estilo de esta administración.
Gobernar no es cosa fácil, dicen los que saben, pero gobernar sin gobierno, es decir, sin el respaldo de tu cuerpo colegiado e incluso de tus más cercanos funcionarios ha de ser un dolor de cabeza. Pregúntenle a la gober Pavlovich.
En el primer mes de gobierno se ha mirado a Santos un tanto solitario, sin el acostumbrado acompañamiento de sus ediles y funcionarios. Definitivamente algo se rompió y no me digan que así le gusta andar al presidente.
Todo empezó con la abrupta e inesperada decisión de remover a dos de sus primeros funcionarios. Situación que por cierto el alcalde no ha aclarado públicamente, pero esa será otra historia.
La cosa empeoró con la natural fractura con el coordinador de la fracción de Morena en el Cabildo, El Ruño, quien abiertamente le declaró su divorcio político al alcalde tras haber corrido a su esposa de Servicios Administrativos.
La crisis continuó con la renuncia que Víctor Hugo Galarza presentó al cargo de Secretario del Ayuntamiento. Fue un hecho.
El Secretario presentó su carta de renuncia en un arrebato de orgullo y dignidad al sentirse aludido en el señalamiento de traición contra el mismo alcalde y su hijo Alejandro. Por obvias razones la renuncia no fue aceptada y hasta hoy sigue en el cargo, aunque muchos dicen, con un perfil más bajo y menos altivo. Perdió el power pues.
La cosa siguió con el Chilaquil, quien sobra decir es como un chivo en cristalería. Terminó despotricando contra el alcalde por decisiones en materia de seguridad, el ataque armado contra la casa del sub jefe de seguridad y por no contar con la firma para la gestión de descuentos en Oomapas.
El descontrol de la política interna fue aún más evidente con la pasada sesión de Cabildo, donde su fracción y opositores pusieron en duda la toma de decisiones.
La falta de cabildeo, incluso con su propia fracción de regidores, está empezando a mermar la política del alcalde Santos, y eso se nota.
Santos terminará haciendo la labor de mediación interna, sobando la espalda con la izquierda y hablándole bonito al ca cabildo.
¿Hay o no hay Secretario?